urt 16 2013
Si Metro Bilbao no da marcha atrás el transporte público retrocede
El pasado 10 de enero la Dirección de Metro Bilbao, decidió recortar 50 trenes diariamente. Esta medida, no se apoya en ningún informe técnico que la justifique, siendo la única explicación para reducir un 10% de trenes, el descenso de un 2% de pasajeros a lo largo de 2012.
Las consecuencias de la medida adoptada han conllevado una perdida en la calidad del servicio, tal y como hemos podido comprobar la semana pasada, las aglomeraciones en los andenes traen consigo el notable enfado de las y los usuarios, y con ello el deterioro de la imagen hacía un transporte como el de Metro Bilbao.
La Dirección de Metro Bilbao, se debe a la ciudadanía, se debe a las necesidades de transporte de las vizcaínas y vizcaínos, que contribuimos a financiar esta Empresa para que satisfaga las necesidades de movilidad en base a criterios racionalidad, transparencia y eficacia.
El ahorro en el Transporte Público no puede comprometer su servicio, como es el caso. Quizá se pueda recortar en los, hasta la fecha, desconocidos salarios que percibe la Dirección de Metro Bilbao.
Desde EH Bildu, instamos a la actual Dirección de Metro Bilbao a que restaure el servicio a las condiciones anteriores al recorte de trenes, y asimismo les emplazamos a que planifiquen con previsión los servicios especiales que puedan ser requeridos, partidos del Athletic, manifestaciones como la vivida este sábado, conciertos, etc..
Asimismo, hacemos un emplazamiento, ante el inminente cambio de Dirección, que previsiblemente será asumido por el PNV, a que mantenga a Metro Bilbao en los niveles de calidad, servicio y prestaciones que merecemos los y las vizcaínas. Y de esta manera, evitar seguir manteniendo Metro Bilbao y el Consorcio de Transportes como parcelas para el poder político.
Por todo ello desde EH Bildu abogamos por un Transporte Público que atienda al contexto de las necesidades de la ciudadanía, haciendo de Metro Bilbao un operador de transporte, transparente y que recoja las aportaciones de los distintos agentes sociales, evitando el ocultismo y el caos vivido por Metro Bilbao y el Consorcio de Transportes los últimos años y desligando a Metro de la gresca política y laboral, para convertirlo en el servicio público que merecemos.